Chantajes sexuales por messenger
El diario Público, de España, publica conversaciones entre un hombre que chantajeaba a menores a través de Internet.
Poco después de la medianoche del 30 de agosto de 2008. Jorge Miranda, ‘el Camaleón’, mantiene una conversación por messenger con una menor canaria. El presunto ciberacosador se hace pasar por una chica mientras le exige un nuevo vídeo si no quiere que él envíe a los contactos de ella otras imágenes sexuales que le ha remitido anteriormente. La conversación acaba poco antes de la 1.30 de la madrugada.
El camaleón: Pon la cámara y te veo.
Menor: No.
EC: Sí no, mando vídeos.
M: Haz lo que quieras.
EC: Ok, esta noche me dedico a mandarlo todo.
M: ¿Tu crees que así podrás conseguir lo que quieres?
EC: Yo quiero verte en la cámara de vez en cuando.
M: No te entiendo.
EC: Para hacerme dedos [masturbarme].
M: ¿Te acuerdas de la promesa? Me tienes que olvidar, borrar mis fotos y dejarme en paz.
EC: Eso no puede ser. Si tú me enseñas algunas veces, yo no mando nada y soy buena. Si no, lo mando todo.
M: Si me lo hubieras dicho antes, te hubiese mandado a la mierda.
EC: Jijijiji
La menor accede finalmente a enceder su webcam.
EC: Enséñame el chochito.
M: Ya viste por hoy. Me voy.
EC: No se ha visto nada. ¿Hablas? Pues mando ahora mismo.
M: Joder, para.
EC: Quiero verte en la cam, si no envío vídeos.
’Lisha’
Noche del 25 al 26 de febrero de 2008. El presunto ciberacosador Benjamín Cabello y una de sus víctimas, Sten Kalma, de 14 años de edad, mantienen una conversación en inglés y por messenger de cerca de tres horas y media. Durante el largo diálogo, el joven presiona a la víctima para que grabe y le envíe un vídeo sexual de él. Quince días después de esta conversación, el adolescente se suicidaba de un tiro en la cabeza.
Sten: Por favor, dame una última oportunidad. Siento haberlo hecho. Discúlpame.
Lisha: ¿El qué?
S: No lo volveré a decir. Lo prometo.
L: Bien, te daré una oportunidad si tú me das algo más.
S: Gracias, ¿qué quieres?
L: Piensa qué me puedes dar [...].
S: Es mejor que me digas tú qué quieres.
L: No, dímelo tú.
S: ¿Yo masturbándome?
L: Tal vez podrías hacer algo diferente. Piensa.
S: No sé. Sólo tengo 14 años y no tengo experiencias en cosas del sexo. Sólo sé cómo masturbarme.
L: Puedes hacer poses [...] Inténtalo.
S: Mi abuelo ya está aquí. Me tengo que ir [...] ¿Podemos hablar mañana?
L: No lo sé. Podemos hacerlo si quieres, pero eso no significa que no vaya a enviar el vídeo.
S: Por favor, espera a mañana.
L: Está bien, esperaré. Pero si mañana lo que me muestras no es bueno... ¿Ok? [...] Vete ahora a dormir.
Fuente: Público
Poco después de la medianoche del 30 de agosto de 2008. Jorge Miranda, ‘el Camaleón’, mantiene una conversación por messenger con una menor canaria. El presunto ciberacosador se hace pasar por una chica mientras le exige un nuevo vídeo si no quiere que él envíe a los contactos de ella otras imágenes sexuales que le ha remitido anteriormente. La conversación acaba poco antes de la 1.30 de la madrugada.
El camaleón: Pon la cámara y te veo.
Menor: No.
EC: Sí no, mando vídeos.
M: Haz lo que quieras.
EC: Ok, esta noche me dedico a mandarlo todo.
M: ¿Tu crees que así podrás conseguir lo que quieres?
EC: Yo quiero verte en la cámara de vez en cuando.
M: No te entiendo.
EC: Para hacerme dedos [masturbarme].
M: ¿Te acuerdas de la promesa? Me tienes que olvidar, borrar mis fotos y dejarme en paz.
EC: Eso no puede ser. Si tú me enseñas algunas veces, yo no mando nada y soy buena. Si no, lo mando todo.
M: Si me lo hubieras dicho antes, te hubiese mandado a la mierda.
EC: Jijijiji
La menor accede finalmente a enceder su webcam.
EC: Enséñame el chochito.
M: Ya viste por hoy. Me voy.
EC: No se ha visto nada. ¿Hablas? Pues mando ahora mismo.
M: Joder, para.
EC: Quiero verte en la cam, si no envío vídeos.
’Lisha’
Noche del 25 al 26 de febrero de 2008. El presunto ciberacosador Benjamín Cabello y una de sus víctimas, Sten Kalma, de 14 años de edad, mantienen una conversación en inglés y por messenger de cerca de tres horas y media. Durante el largo diálogo, el joven presiona a la víctima para que grabe y le envíe un vídeo sexual de él. Quince días después de esta conversación, el adolescente se suicidaba de un tiro en la cabeza.
Sten: Por favor, dame una última oportunidad. Siento haberlo hecho. Discúlpame.
Lisha: ¿El qué?
S: No lo volveré a decir. Lo prometo.
L: Bien, te daré una oportunidad si tú me das algo más.
S: Gracias, ¿qué quieres?
L: Piensa qué me puedes dar [...].
S: Es mejor que me digas tú qué quieres.
L: No, dímelo tú.
S: ¿Yo masturbándome?
L: Tal vez podrías hacer algo diferente. Piensa.
S: No sé. Sólo tengo 14 años y no tengo experiencias en cosas del sexo. Sólo sé cómo masturbarme.
L: Puedes hacer poses [...] Inténtalo.
S: Mi abuelo ya está aquí. Me tengo que ir [...] ¿Podemos hablar mañana?
L: No lo sé. Podemos hacerlo si quieres, pero eso no significa que no vaya a enviar el vídeo.
S: Por favor, espera a mañana.
L: Está bien, esperaré. Pero si mañana lo que me muestras no es bueno... ¿Ok? [...] Vete ahora a dormir.
Fuente: Público
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