Estudiante Boricua de UNIBE Apresado en España ya que operaba como Mula

Kelvis aceptó al ser detenido que actuaba de mula


Funcionario que lo arrestó dijo que el joven admitió desde el primer momento que llevaba cocaína en los intestinos

Kelvis actuó con normalidad cuando funcionarios españoles lo arrestaron por traficar cocaína. (Suministrada)

MADRID, España - Kelvis Concepción Bonilla, el estudiante puertorriqueño preso en España por narcotráfico, se sometió voluntaria y tranquilamente al proceso y en ningún momento negó su delito al ser intervenido en el aeropuerto Barajas con cerca de un kilo de cocaína en sus intestinos, indicó a El Nuevo Día el oficial que intervino con el joven aguadeño.

“Estaba normal, no sollozaba, ni puso cara de tonto como hacen algunos porque no se dan cuenta el lío y el alcance que tiene lo que han hecho. Actuó normal y aceptó lo que traía”, dijo el funcionario, quien pidió que no se revele su identidad porque teme sufrir represalias de los jefes de las “mulas” con las que interviene.

El funcionario reveló que el pasaporte de Concepción Bonilla no indicaba entradas anteriores a España, lo que sugiere que al ser detenido el pasado 13 de septiembre era la primera vez que actuaba como “mula”.

Concepción Bonilla tiene 23 años, es natural de Aguada y estudiante de medicina en la Universidad Iberoamericana (UNIBE) en Santo Domingo. Su caso trascendió cuando sus padres, David Concepción y Cecilia Bonilla, lo reportaron desaparecido tras no saber de él desde el domingo 12 de septiembre.

De Concepción Bonilla no se supo más hasta que el viernes 17 de septiembre se supo que llevaba varios días de arresto en España.

Hasta ayer en la tarde, sus padres, que hacen gestiones para contratar un abogado y viajar a España, no habían logrado establecer contacto con el muchacho.

No obstante, funcionarios españoles han dicho que si no ha habido comunicación es porque el joven no ha querido, porque ha tenido múltiples oportunidades de establecer contacto con sus padres u otros familiares a través del teléfono o del correo electrónico.

El joven está encarcelado en la cárcel Soto del Real, en las afueras de Madrid, en espera del juicio, que probablemente no ocurrirá hasta los primeros meses del 2011. Enfrenta entre siete y nueve años de cárcel, aunque la pena podría aumentar dependiendo de la potencia de la droga que se le ocupó.

Por Patricia Vargas Casiano / Enviada Especial

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